Una soleada tarde, casi de primavera, dos hermanos decidieron apostarse a la puerta de una fábrica que conocían bien. Allí plantaron un artefacto de madera del que brotaban tres patas, una protuberancia redonda protegida por una lente y una pequeña manivela. La máquina, tosca y rudimentaria en apariencia, escondía sin embargo la mayor de las virtudes: la capacidad de capturar la vida aunque quizá, entonces, aquellos dos hombres no eran conscientes de ello.
Las puertas de la fábrica se abrieron y, lentamente, los trabajadores que se hallaban en su interior empezaron a abandonarla de manera ordenada, sin prestar demasiada atención a esos dos señores de aspecto venerable y frondoso mostacho que no paraban de girar la manivela de aquella enorme caja de zapatos. Esas gentes de canotier y largas faldas que salían tras una larga jornada de trabajo de camino a sus casas pasaban por delante de ellos sin prestarles demasiada atención. Algunos salían fumando, otros en bicicleta. Hasta un perro nervioso se cruza con ellos.
En solo cuarenta y seis segundos aquella factoría a las afueras de Lyon se vacía y sus puertas se cierran. En un visto y no visto la calle se queda desierta y la manivela se detiene. Puede que en ese instante naciera lo que conocemos como cine documental, aunque seguramente para los hermanos Lumière no significara más que salir a la calle y girar la manivela de su camarógrafo.
Lanzarse a rodar
Desde entonces y hasta hoy día muchos son los cineastas que deciden coger sus cámaras y, simplemente, lanzarse a las calles a rodar. Intentando capturar la realidad de la mejor forma posible y tratando de ser honestos con la realidad filmada desde una posición y un compromiso subjetivos. Frederick Wiseman y sus enormes diarios filmados son un buen ejemplo de ello. También el Patricio Guzmán de La batalla de Chile o el gran fresco contracultural que supuso Woodstock de Michael Wadleigh (1970).
Acercarse a la realidad en NoFicción
Esta manera de filmar aparece como una constante a lo largo de la historia del cine. En los últimos años en España y en Latinoamérica varios han sido los ejemplos de este tipo de acercamiento a la realidad. Algunos de esas historias están disponibles en Noficción
Filomena (2021) | Dir. Richard Zubelzu
El temporal de nieve Filomena en el centro de España fue, sin duda, excepcional. Pese a la exactitud de las predicciones meteorológicas, Filomena puso en jaque a las carreteras, al transporte público, centros de salud y a otros servicios básicos en Madrid. ¿Qué falló en la gestión de este fenómeno climático?
Pico 3 (2018) | Dir. María Antón Cabot
Los parques de Madrid en verano se llenan de muslos, y de brazos, y de ombligos porque hace mucho calor y la ropa sobra. O a lo mejor no es solo por eso. Lejos del asfalto, en esas zonas frondosas, la naturaleza estalla.
Pico 3 (2018) | Dir. María Antón Cabot
Los parques de Madrid en verano se llenan de muslos, y de brazos, y de ombligos porque hace mucho calor y la ropa sobra. O a lo mejor no es solo por eso. Lejos del asfalto, en esas zonas frondosas, la naturaleza estalla.
Hotel explotación: Las Kellys (2018) | Dir. Georgina Cisquella
La historia de una pelea para empoderarse, organizarse y recuperar la dignidad. Más de doscientas mil mujeres trabajan como camareras de piso en España, y realizan una tarea tan fundamental como invisible en el sector de la hostelería.
Entre la ola y la roca (2017) | Dir. Manuel Lógar
En Muxía, Costa da morte gallega, los percebeiros se juegan la vida día a día en acantilados e islotes, buscando el preciado marisco con el que sobrevivir. En Navidad es donde alcanzan la mitad de sus ingresos anuales, teniendo que enfrentarse a un mar tremendamente peligroso.
Entre la ola y la roca (2017) | Dir. Manuel Lógar
En Muxía, Costa da morte gallega, los percebeiros se juegan la vida día a día en acantilados e islotes, buscando el preciado marisco con el que sobrevivir. En Navidad es donde alcanzan la mitad de sus ingresos anuales, teniendo que enfrentarse a un mar tremendamente peligroso.
Hombre en la llanura (2018) | Dir. Patricio Suárez
Asolada por los monocultivos y la creciente despoblación, los pocos habitantes que quedan en la pampa argentina subsisten aislados y en soledad. Horacio Deluca, de 73 años, regresó al campo después de una vida errante y ahora está solo, sin familia, cuidando su pequeña y precaria granja.