Cuando a Werner Herzog le dijeron que Lotte Eisner estaba enferma, a punto de morir, no se lo pensó. Decidió caminar los 775 kilómetros que separan Múnich de París para ir a visitarla. Creía que la penitencia de adentrarse en la selva negra alemana, en solitario y con sus piernas “y sus botas sólidas” como único vehículo salvarían a su amiga. Aquella que había conseguido preservar de la quema nazi el patrimonio cinematográfico alemán de principios del siglo XX. Emprendía el que entonces era el acto de amor más increíble de la historia del cine.
Un inspirador diario de viaje
En su camino, le acompañaron además sus reflexiones sobre la vida, la soledad, la creación. Todas las fue plasmando en su diario que años más tarde se convertiría en un libro, Del caminar sobre el hielo. Se publicaba por primera vez en 1978. Herzog dejó escrito que “el deseo de mostrar el texto también a personas que me son desconocidas ha primado sobre el recelo a abrir tanto la puerta a miradas ajenas”.
No tenemos la certeza de que la penitencia de Herzog salvara a Eisner, y no hacemos spoiler si afirmamos que la crítica y co fundadora de la Filmoteca Francesa no sólo esperó la llegada del amigo, sino que aún viviría una década más. De lo que sí tenemos constancia es que la gesta de Herzog inspiró un segundo acto de amor en la historia del cine. El que emprendía 45 años después el cineasta Pablo Maqueda: recorrer y documentar solo y a pie de nuevo los 775 kilómetros que separan Múnich de París.
El segundo acto de amor en el cine
Sin embargo, de esta travesía sí que tenemos testimonio gráfico. Maqueda filmó cada uno de sus pasos acompañado de interpelaciones directas a Herzog, referencias cinéfilas que dejan constancia de su amor y pasión por el séptimo arte. El resultado, Dear Werner, una carta de amor para la celebración colectiva del universo herzogiano y que estrenamos hoy en NoFicción.
«Hay una cueva en el interior de los directores de cine donde se esconden los secretos, éxitos y fracasos». Y durante su travesía, Pablo Maqueda, que cuenta, aprendió de Herzog a “coger una cámara y lanzarse al camino”, encuentra la suya. Cuando se le pregunta cómo entiende el cine, contesta que es “pensar en presente”. Y que de Herzog aprendió “el valor de la puesta en escena, no desde la técnica o desde la planificación, sino desde desnudar tu alma a través de los personajes y de la mirada”.
Una invitación a la reflexión
Y precisamente esto es lo que vemos en Dear Werner. Una locura, pero también es una invitación a la pausa y a la reflexión en una cotidianidad fulgurante como la que vivimos hoy. En el fondo, es también un homenaje a todos los amantes del cine. Es un documental de creación que transita por bellos rincones de la Alemania profunda que Herzog describía en su diario de viaje. Y un acto de generosidad que Maqueda comparte con el público. La pasión por el maestro, su aprendizaje, sus pensamientos más profundos y un epílogo muy personal que da sentido veraz a la historia que nos cuenta.
Dear Werner se estrenaba en 2020 en el Festival de Sevilla. Fue nominada a los Premios Feroz como Mejor Documental en 2021, y galardonada con los premios a Mejor Película Independiente 2020 de ALCINE y Vida en sombras en los premios DÍAS DE CINE. Según la crítica, es una película “para quienes aman el cine más allá de cualquier posible medición” y “una experiencia visual y sonora de primer orden”. Desde hoy está disponible con su suscripción en NoFicción. No hay que ser cinéfilo para disfrutarla. Simplemente hay que dejarse llevar por el camino.
